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La salud es un derecho fundamental y un pilar crucial para el bienestar de la sociedad. En Chile, como en muchas otras partes del mundo, los desafíos en el cuidado de la salud son complejos y multifacéticos. La integración de la tecnología en la atención sanitaria y la adaptación a los nuevos desafíos globales son esenciales para mejorar los resultados en salud.

De acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud, entre los principales desafíos sanitarios encontramos las enfermedades crónicas no transmisibles, la salud mental y los sistemas de salud. Además, es importante considerar el nuevo cambio de paradigma en la atención sanitaria que representa la política pública de «Salud Humanizada«. Así se han definido estrategias considerando que la transformación digital en la atención sanitaria puede mejorar el acceso, la calidad y la eficiencia de los servicios de salud (WHO, 2020). En este contexto, el IICS se propone como una respuesta a la necesidad de integrar avances tecnológicos y enfoques innovadores en el cuidado de la salud en Chile.

Las enfermedades crónicas no transmisibles, como el cáncer, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades respiratorias crónicas, además de las patologías prevenibles relacionadas a estilos de vida no saludables como el tabaquismo, alimentación no saludable, inactividad física y consumo excesivo de alcohol, representan una carga significativa para los sistemas de salud en todo el mundo. En Chile, el cáncer y las otras enfermedades crónicas no transmisibles son una de las principales causas de muerte a nivel nacional y mundial, y la investigación en este ámbito es crucial para desarrollar estrategias efectivas de prevención, diagnóstico temprano y tratamiento. Son colectivamente responsables de más del 70% de todas las muertes en el mundo. El aumento de estas enfermedades se ha visto impulsado por el consumo de tabaco, la inactividad física, el consumo nocivo de alcohol, las dietas poco saludables y la contaminación del aire. Estos factores de riesgo también exacerban los problemas de salud mental. Los Estados Miembros de la OMS se han comprometido a aplicar el Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013-2030, cuyo objetivo es mejorar la salud mental mediante un liderazgo y una gobernanza más eficaces, la prestación de una atención completa, integrada y adaptada a las necesidades en un marco comunitario, la aplicación de estrategias de promoción y prevención, y el fortalecimiento de los sistemas de información, los datos científicos y las investigaciones.

En todo el mundo, las personas viven más tiempo que antes, y la mayor parte de la población tiene una esperanza de vida igual o superior a los 60 años. Para el año 2030, una de cada seis personas en el mundo tendrá 60 años o más. En ese momento, el grupo de población de 60 años o más habrá subido de 1,000 millones en 2020 a 1,400 millones. En 2050, la población mundial de personas de 60 años o más se habrá duplicado (2,100 millones). Se prevé que el número de personas de 80 años o más se triplique entre 2020 y 2050, hasta alcanzar los 426 millones. Este envejecimiento poblacional requiere un enfoque en la salud y el bienestar de las personas mayores, asegurando que vivan con dignidad y en condiciones adecuadas.

Por otra parte, la humanización de la atención sanitaria es un tema que a nivel mundial ha cobrado gran relevancia, especialmente en el sector sanitario. Enfatiza que los pacientes son individuos únicos que exigen ser tratados humanamente como parte de sus derechos fundamentales. Esto ha impulsado la creación de políticas públicas enfocadas a establecer normativas legales que aseguren una salud humanizada para los usuarios del sistema de salud a nivel mundial, por lo que investigar en esta temática es relevante.

También es importante considerar el paradigma de la globalización, lo que ha impulsado múltiples oportunidades y beneficios; uno de los aspectos asociados que debe ser considerado como foco de desarrollo del IICS, es el cuidado y la salud en el trabajo, favoreciendo con el desarrollo del conocimiento, el bienestar de trabajadores y de empleadores en todo el mundo, de modo tal de impulsar aspectos fundamentales como el aseguramiento de las condiciones de trabajo adecuadas, para que las personas puedan trabajar en condiciones de seguridad y dignidad. De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) (2018), cada día mueren 6,300 personas a causa de accidentes o enfermedades relacionadas con el trabajo, más de 2.3 millones de muertes por año. Además, ocurren más de 317 millones de accidentes en el trabajo por año, muchos de los cuales resultan en ausentismo laboral. Esta organización internacional destaca que los costos de esta problemática son elevados, indicando que la carga económica de las malas prácticas de seguridad y salud en el trabajo implican alrededor de un 4% del Producto Interno Bruto global de cada año. La investigación en salud en el trabajo es un elemento crucial para impulsar de manera efectiva las políticas públicas y privadas en seguridad y salud en el trabajo.